EUROPA
PRESS
1 marzo
2018
No
tratar las varices puede aumentar el riesgo de sufrir trombosis, varicorragias y úlceras
No tratar las varices puede aumentar el
riesgo de sufrir trombosis, varicorragias y úlceras,
según ha informado el angiólogo y cirujano Vascular y miembro de la Unidad de Flebología del Hospital La Milagrosa, Ignacio López de
Maturana.
Se estima que la insuficiencia venosa crónica (IVC), una
enfermedad caracterizada por el mal retorno venoso desde las piernas hacia el
corazón, afecta a un 30 por ciento de la población, según datos del Capítulo
Español de Flebología, aunque las cifras varían por
el alto índice de infradiagnóstico existente.
"Se pueden diferenciar entre 3 tipos de varices telangiectasias o arañas vasculares y varices reticulares y
las varices tronculares. Las dos primeras se suelen
tratar por motivos estéticos, ya que no influyen en el retorno venoso de las
piernas. Por el contrario, son las varices tronculares
las que deben ser tratadas ya que no van a desaparecer por sí mismas y pueden
favorecer distintas complicaciones y trastornos en la piel de las piernas junto
a la aparición de úlceras", ha comentado.
La IVC ocasiona la aparición de lesiones como la dermatitis
ocre, la dermatoesclerosis o la atrofia blanca, entre
otras. Todas estas lesiones favorecen la aparición de úlceras que normalmente
se localizan en la cara interna de la parte más distal de la pierna.
"Estas lesiones son de difícil curación, requiriendo de
numerosos cuidados y pudiendo tardar varios meses (incluso años) en cicatrizar.
Por si eso fuera poco, una vez curadas pueden volver a aparecer con una gran
facilidad", ha argumentado López de Maturana.
Además, prosigue, diferentes estudios (como el estudio Andreozzi) nos muestran que la calidad de vida de estos
pacientes es similar o un incluso peor que la de pacientes que presentan
enfermedades graves como la diabetes, el cáncer, la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC) o la insuficiencia cardiaca.
Las principales causas de las varices son pasar muchas horas
de pie y sin moverse, obesidad, trombosis venosas previas, antecedentes
familiares de varices, embarazos, vida sedentaria y cambios hormonales propios
de la mujer como, por ejemplo, pubertad, embarazo, menopausia, tomar píldora
anticonceptiva u hormonoterapia.
Todo ellos provocan pesadez de piernas, picor, dolor,
hinchazón, edemas y calambres nocturnos. "Dada la influencia que presentan
las complicaciones de las varices sobre la calidad de vida de los pacientes, es
aconsejable que si empiezan a distinguir venitas o venas que se inflaman y
además vienen acompañadas de sintomatología, acudan a la consulta de un
especialista para evitar que esos primeros síntomas de la Insuficiencia Venosa
Crónica no vayan a más", ha zanjado el experto.